miércoles, 7 de agosto de 2019

Lana, Vert y Trize VI

"Solo yo. Yo, yo, yo, yo, yo, ¡YO! Eres una egoísta..."
Mi cabeza daba mil vueltas a ese pensamiento constante, una y otra vez, sin descanso. Llevaba un rato sentada, reflexionando sobre mí y mi vida en general. Entonces cerré los ojos un momento...

- ¡CÁLLATE! -gritó Lana, una mano en la cabeza, la otra en el cigarro.
- ¿Por qué? Es la verdad, no te das cuenta e-go-ís-ta.
- Para, eso no es cierto.
- ¿No? Cierra los ojos.
En el momento en el que Lana decidió hacerle caso, Vert siguió gritándole con malicia.
- ¡¡TODO DA VUELTAS!! Mira cómo viajas, ¡tu cerebro ahora está al revés!
- ¡No le digas eso! -instó de repente Trize.
Al escucharla, Lana abrió los ojos y giró la silla.
- Pero y tú ¿¡cuándo has entrado!?
- Hace un rato... -murmuró. Al ver que Lana seguía fumando, prosiguió, en su habitual tono calmado y bondadoso- Lana, ¿por qué no le crees?
- ¿Por qué tendría que creerle? A él y no a la sociedad entera que me dice que está mal. Que me miran mal.
- Porque él te dice la verdad.
- ¿¡Cómo lo sé!? Vamos, ya hemos pasado por esto...
- ¿Necesitas alguna otra prueba además de su entrepierna cada vez que le besas un poquito más apasionado de lo normal? -rió Vert desde su rincón, aparentemente divertida.
Lana la fulminó con la mirada.
- Ahí... Tiene razón -se encogió Trize de hombros-, en eso no puede mentir. Te lo ha dicho más de cinco veces, además, ¿tenemos alguna razón para no creerle?
- ¿La tenemos para creerle?
- ¿Pues claro? -preguntaron, casi atónitas, las dos a la vez.
Lana miró al suelo durante un buen rato. Finalmente, abrió la boca:
- ¿Qué...? -vaciló- ¿Qué opinas tú de esto? -se giró hacia Vert.
- Que te rayas. Si no estás bien adelante, cambia. Inténtalo -sonrío con malicia-, pero no miente. No le eches culpas a él, porque no las tiene.
- Solo quiere verte bien, Lana... Dice la verdad -intentó concluir Trize, acercándose a su silla, abriendo los brazos con suavidad.
- "Dice la verdad..." -repitió Lana, apoyando su cabeza en los pechos de Trize- Él dice la verdad.
Trize asintió y la abrazó.
Ninguna de las dos se dio cuenta que para entonces, Vert ya se había ido.