martes, 24 de mayo de 2016

#58

Quizá no te diste cuenta, pero cuando te quisiste marchar yo ya me había ido.
Pero irme de no querer mirar atrás, de marearme en tu vacío. De cerrar los ojos y no sentirte.

Me pregunto dónde fuiste, mariposa en vuelo buscando un pequeño y nuevo hogar. Yo, tu flor (me decías), me había quedado pequeña y marchita, y decidí cerrar mis pétalos.

¿Cuánto tiempo duraría? 
Necesito ver el sol para sobrevivir. 
Necesito cariños y arrullos para volver a nacer, 
necesito enamorarme de otro insecto que me 
necesite para crecer 
tanto como yo a él para expandirme en el prado 
y dibujar con mis colores un nuevo mundo bajo sus alas
donde caminar los dos juntos de la mano.

domingo, 22 de mayo de 2016

#57

Y bueno,
pienso en que antes, en fin, era todo muy frío. A mí no me importaba porque yo daba y la otra persona me decía "estoy genial contigo, eres muy buena".
Sin embargo él no tenía nada que dar porque estaba muy roto, y yo dije:

"Bueno. 
Yo te arreglo.
No te preocupes."

Remendé sus heridas con mil besos que ahora me escuecen uno a uno en los labios. Lo arreglé con piezas tan difíciles de encontrar que ahora me faltan a mí.

Así que... Como pudo sentir algo otra vez, despertó, se fue, voló.
Y me quedé así, vacía yo.

Después de todo lo que di no recibí nada,
y no me importaba, porque yo era feliz viendo cómo él vivía de nuevo.
No me daba cuenta de que yo me iba desintegrando poco a poco hasta que me di el golpe.

Porque él ya había volado y yo me había prácticamente auto-amputado los brazos y regalado mis alas. Drenado ya mi tanque de alientos y esperanzas, bajé la mirada:
esos ojos mojados de sueños rotos que tan dulces dices que son.
Y bueno.