lunes, 8 de abril de 2019

Lana, Vert y Trize V

- ¿Qué... He... Hecho?
Lana murmuraba una y otra vez las mismas palabras, como si de un mantra se tratasen, mientras se tapaba la cara con las manos, como si tuviese miedo de abrir los ojos.
- Lana... -se atrevió Trize por fin.
- ¿Era esto lo que queríamos? -sollozó, cortándole- Respóndeme, ¿no lo hicimos por nuestro bien?
Trize suspiró y midió cuidadosamente sus palabras antes de contestar:
- Sí, Lana... No todas las decisiones que tomamos son inocuas, incluso si lo hacemos porque creemos que nos darán algo positivo -se mordió el labio antes de seguir hablando-, a veces hay que tomarlas en vista al futuro.
- ¿Al futuro? ¿Qué fut...?
Vert, que había estado sentada en su mecedora en la esquina más oscura, chasqueó la lengua:
- Deja de llorar, tía. Literal y metafóricamente. Ya está hecho, ¿de qué sirve lamentarse? Va a ser lo mejor para todas, al menos por ahora, y lo sabes. Es la mejor decisión a corto y largo plazo.
Lana apretó los dedos contra su cara, frustrada. Trize apoyó la mano en su rodilla, acariciándole la pierna, mientras Vert se levantaba, acercándose a ellas.
- Venga, en serio. Vamos... No quiero más drama -ronroneó, dando un suave empujón al hombro de Lana-, además, no estamos solas.
Trize puso los ojos en blanco, negando con la cabeza.
- Podría ser peor -concluyó Vert, sonriendo, disfrutando al ver a su hermana exasperada.
- Siempre puede ser peor -asintió, apuntándole con la cara externa de su dedo corazón.
- Lo he visto -murmuró Lana, rompiendo su silencio. Trize guardó inmediatamente su mano-. Supongo que tenéis razón -vaciló un par de segundos antes de terminar-. Me voy a mi cuarto.
Se levantó y salió a paso acelerado del salón, con la boca tapada con ambas manos. Las dos hermanas restantes quedaron en silencio un buen rato, perturbadas por lo que sabían que escondía.
- Algún día explotará -murmuró Trize para sí misma.
- No debemos dejar que eso ocurra. No podemos... -Vert volvió a dejarse caer en su mecedora, cerrando los ojos, dejando que una vez más, la consumiera la oscuridad del rincón.