Soy el soplo de aire que empuja cansadas espaldas,
aquel pensamiento fugaz que en la guerra alienta almas,
la madre que cuando lloras te abraza,
las sábanas que sujetan tus penas cada noche.
Soy la brisa de las mañanas,
la sonrisa etérea de la vida y
la musa de la misma muerte,
la llama de la verde esperanza.
También soy aquel adiós bien dicho,
la historia que se escribió con suspiros,
un par de ojos más en el nocturno camino,
la mentira más dulce.
Y me encantaría ser
todo eso y más, pero
dile, voz del viento, a la gente,
que se deje querer y ayudar.
La imagen NO es mía. La he sacado de: