Odio mentirte. Lo odio. Y ¿sabes por qué lo hago? Porque soy
literalmente imbécil. Me pongo nerviosa, y busco la salida más fácil a todo: la
mentira.
Hay gente que dice que mentir es un arte, pero aunque
desgraciadamente, tal y como me has dicho, lo practico bastante, no consigo
hacer de él precisamente un arte. Todo lo contrario, solo consigo que no confíes
en mí, enfadarte y ponerte triste. Como consecuencia, enfadarme yo y ponerme
triste.
No eres tonta. Sé que ya prácticamente la mitad de las cosas
que digo no te las crees. Y que has tragado mucho, tal y como me has dicho. Siento
muchísimo haberte salido tan asquerosamente mentirosa. Realmente no sé cuándo
verás esto. Pero bueno, algún día, espero.
No hay razones para mentir si tienes confianza en la gente,
y no es que no la tenga contigo, ya lo sabes, es simplemente que creo que
mintiendo acorto el camino a muchas cosas. Y lo único que hago es hacerlas más
difíciles.
Este curso es una mierda, tú lo sabes. Y yo, más que tú, lo
sé. Porque pequeños y grandes dicen que el curso se ha vuelto mucho más difícil
de cómo era antes. Porque nunca he tenido que trabajar tantísimo como lo estoy
haciendo ahora, porque duele, y hay cosas que he hecho muy mal. Ya no puedo
seguir esto ¿sabes?
Cada vez que discutimos me hago trozos por dentro, migajas
de pan.
No encuentro esto verdaderamente útil…