Y bueno,
pienso en que antes, en fin, era todo muy frío. A mí no me importaba porque yo daba y la otra persona me decía "estoy genial contigo, eres muy buena".
Sin embargo él no tenía nada que dar porque estaba muy roto, y yo dije:
"Bueno.
Yo te arreglo.
No te preocupes."
Remendé sus heridas con mil besos que ahora me escuecen uno a uno en los labios. Lo arreglé con piezas tan difíciles de encontrar que ahora me faltan a mí.
Así que... Como pudo sentir algo otra vez, despertó, se fue, voló.
Y me quedé así, vacía yo.
Después de todo lo que di no recibí nada,
y no me importaba, porque yo era feliz viendo cómo él vivía de nuevo.
No me daba cuenta de que yo me iba desintegrando poco a poco hasta que me di el golpe.
Porque él ya había volado y yo me había prácticamente auto-amputado los brazos y regalado mis alas. Drenado ya mi tanque de alientos y esperanzas, bajé la mirada:
esos ojos mojados de sueños rotos que tan dulces dices que son.
Y bueno.
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