No, no me mires así porque sabes que al menos algo de razón tengo. El viernes lo ví desde aquí escondiendo un libro detrás de la cómoda. Creo que es para tu cumpleaños, pero no me hagas mucho caso. Sé que aún no has comprado nada para el suyo, y apenas quedan unos días… ¿A qué estás esperando?
Eres una mala persona, y lo sabes. Podría agonizar alguien delante de ti y ni te inmutarías, sobre todo si te acabas de levantar. Pero bueno, haces lo que puedes, ¿no? Lo que puedes, cuanto puedes y cuando puedes; así que no te quejas.
Eso sí, de la cama ni hablamos. Creo que ya ni siquiera recuerda el ruido que hace el colchón. Deberías hacer más el amor con él… O hacerlo, directamente.
Con todo y con esto él te adora, y esta es la parte que no entiendo. Te adora con tus cosas buenas y tus cosas malas, con tus cabreos y tus risas, cuando estás y cuando no estás con él.
Y no lo entiendo, y sin embargo es así.
Y no lo entiendo, que sé tantísimas cosas sobre ti aun sin saber tu nombre, …
… Chica del espejo.