lunes, 15 de septiembre de 2014

#30

No espero nada de ti, nada especialmente, quiero decir.
El día que quieras puedes coger la puerta y marcharte, irte, dejarme, y yo lo aceptaré.

¿Qué podría hacer si no? Yo no elijo tu destino. Sin embargo, me gustaría mucho que te quedaras, al menos por ahora, pues me siento sola.
Piénsatelo, puesto que una vez cruzado el umbral no hay vuelta atrás, nunca, jamás. Un corazón roto no puede volver a pegarse de nuevo porque no es papel, sino cristal.

Ya te digo, eres libre. No puedo elegir tu destino, aunque me gustaría. Cuando te vayas, te echaré de menos.
Sin embargo todo pasa, y seguramente conoceré otra persona. No estoy diciendo que llegue a ser feliz con ella, solo que la conoceré. Son cosas totalmente distintas, y que espero que aprecies.

Hace mucho tiempo que todo esto dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad color violeta y con un suave olor a verano. Tú y yo, ahora ya estamos aquí, hemos llegado, y de la mano esperaría irme contigo a todas partes.

No espero nada de ti, nada especialmente, quiero decir, sin embargo no quiero que te vayas, al menos ahora, porque algo en mí me dice ahora al menos soy feliz.

El día que tú quieras puedes coger la puerta y marcharte, irte, dejarme, y yo lo aceptaré. Tendré que hacerlo...



Inspirado por:



MyTrue Self - Teto Kasane

Adiós, amor

En cuanto llegó, Kenna presionó el botón de la grabadora. Se quedó muda, no le salían las palabras. Sin embargo, tenía que irse, y lo que no quería era marcharse sin decir adiós. Se mordió el labio y comenzó a balbucear unas palabras:
- Oye… Que… Bueno, supongo que hola. No sé por qué estoy grabando esto, ni siquiera sé si lo vas escuchar alguna vez, solo quería dejar claras un par de cosas. La verdad es que… No sé… No sé muy bien cómo… Cómo tengo que empezar esto. Supongo que por el principio, y el principio son las gracias. Quería darte las gracias, porque, bueno podría decir que te doy las gracias solamente por ser tú, porque es cierto. Hacía mucho tiempo que… Necesitaba… Algo… Que me recordara que, bueno, la vida no es solo estudiar magia y pensar en el futuro, sino que también está el presente.
>>Yo estaba un poco vacía y viniste a llenarlo todo. La verdad es que quería darte las gracias, porque, no sé, parece que te importo, y eso… Eso es… Eso es mucho para mí. Sabes, en verdad sé todo lo que quiero decirte, pero no sé expresarlo ahora mismo con palabras, es… Es caótico. Esto es caótico. No espero que me entiendas porque en realidad parece que no estoy diciendo nada, pero puedo sintetizarlo en pocas palabras: quiero darte las gracias por haber estado aquí, ¿sabes? Por aguantarme, por decirme eso que según tú no son palabras bonitas sino verdades. Puede que yo no te diga “verdades” pero las pienso todas cuando llego a la habitación y ya no te veo y… Es algo muy raro… Y… Bueno, tú me entiendes, ¿verdad? Porque bueno, no sé, en realidad hace mucho que he dejado de saber. De verdad, no espero que me comprendas, no me estoy justificando ni nada por el estilo, solo eso que…
>>Gracias por… Por cogerme bajo… Bajo tus brazos y mecerme en ellos y dejar que me pierda en tu olor, y estoy llorando, sí, porque hace mucho que no… Que no echo de menos a alguien cuando salgo por la puerta. Hace mucho tiempo que nadie me hace tanto de reír, pero de reír de verdad. Hace mucho tiempo que no tengo a alguien, y cada vez que lo miro, sonrío.
>>Así que, pase lo que pase, de verdad, desde lo más profundo de mi alma, gracias. Porque aunque esto ha salido mal y yo esté muy triste, todos esos pequeños minutos que hemos ido pasando juntos, uno por uno, hasta la más mínima media hora, superarán este mal momento. Gracias otra vez por… Por tenerme tanto cariño, no sé, por querer besarme, por aparecer cuando pensé que todo estaba perdido. Como dijo alguien alguna vez, “más vale tarde que nunca” y en esta ocasión, gr
acias por haber venido tarde. Sobre todo, gracias por haber venido tarde en vez de nunca.
Volvió a presionar el botón y esperó hasta en en la pequeña pantalla pusiera "guardado" con letras verdes. Cogió su bolsa y salió corriendo por la puerta de la habitación, con la cabeza gacha, recordando a cada paso un beso perdido.